sábado, 29 de noviembre de 2008

Problemas "zapateriles"

Viernes 28 de Noviembre de 2008 (28 de Noviembre, me encanta este día, es tan importante...) por la tarde, me disponía a ir de compras dado que era el único día de la semana que podía. No había llovido en toda la semana y tenía que llover justamente hoy por la tarde (¡maldita ley de Murphy!).
Me vestí, me preparé y paraguas en mano fui directa al autobús. "¡Jo!, encima hay aire, lo justo para calarme de arriba a abajo". En Valladolid había tres grados ¡¡¡tres grados a las seis de la tarde!!! Una vez bajé del autobús, me acordé de que se me había olvidado el papelito donde ponía el nombre de la tienda que vio mi hermana en Internet de zapatos de tallas pequeñas. Era uno de los sitios donde tenía pensado ir. En este país, las personas que tenemos el pie pequeño estamos discriminadas en cuanto al calzado. Los zapatos que hay en las tiendas son a partir del 35, eso cuando no son a partir del 36 como en la mayoría de las tiendas ¡y yo tengo un 34! Las pocas zapaterías que tienen tallas de calzado pequeñas son carísimas y hasta entonces, la mas cercana que tenía era una de Madrid, la cual aún no he ido. Cuando mi hermana vio en Internet hace poco que había en Valladolid una tienda de tallas pequeñas no tuve duda en ir. Pues bien, como estaba contando, se me olvidó el papelito del nombre de la tienda pero recordaba que era algo de Cat... Cat nosequé. De camino hacia allí paré en una tienda para comprar mi champú de rizos. ¡Ay que ver, qué caro!
Había dejado casi de llover cuando llegué a la tienda prevista. Se llamaba Cat Feet. Era una tienda pequeñita, desde luego. Pregunté a la dependienta si tenían tallas del 34 y me dijo que tenían, pero muy pocas y de botas, que eran una de las cosas que quería comprar, solo tenían tres modelos. Me dijo que habían traído las tallas pequeñas hace muy poco tiempo y que por eso tenían tan poco, que suponía que en verano tendrían mas variedad. Los pocos modelos de zapatos que vi no me gustaron, así que me fui con lo mismo que con lo que llegué. Entré en mas tiendas para comprar las bmontón de tiendas de zapatos, y lo único que conseguí fueron unas zapatillas otas que, al fin y al cabo, con un 35 pequeño pueda que alguna me esté bien. Andaba buscando un modelo en especial. Recorrí toda la calle Mantería, en la cual hay un de estar por casa, bien guapas, por cierto. Tienen una vaca lechera (adivinad a lo que me recuerda jejeje) y son comodísimas además de baratas.
En todas las tiendas en las que entré o no había el modelo que yo quería o no había de mi talla. Pero lo peor vino después, en la última tienda de la calle Mantería, de cuyo nombre no quiero acordarme (o sí, para no entrar ahí nunca mas). La tienda estaba vacía, ahora sé por qué. Había dos señoras que llevaban la tienda y pregunté a una de ellas lo que quería. Después de estar media hora esperando, al fin vino la señora con dos tipos de botas que desde lejos se veían horrorosas y desde cerca aún mas. La dije que eso no era lo que yo estaba buscando y la señora erre que erre diciéndome que me las probara, que a lo mejor con ellas puestas me gustaban y que, además eran buenísimas (¿buenísimas? jajaja ayyy qué me parto!). "Si sólo vas a perder dos minutos, qué te cuesta" me dijo, ¡ja! dos minutos... En fin, que accedí a probármelas. Primero una, la mas horrorosa de las dos. Me estaba enorme. Anduve hasta el espejo y casi me entraron ganas de llorar de la risa cuando me vi tan horrorosa con las botas esas. La dije que no me gustaban. Me senté y me intenté bajar la cremallera, pero no bajaba. La señora me dijo que había pillado la telilla que tiene para no pillar las medias. Y yo pregunto, ¿por qué pondrán esa telilla si aún así, aunque no se pillen las medias se pilla la telilla?. La dependienta intentó bajármela una, dos, tres veces pero nada. Hasta que sonó un ¡clack! y al fin bajó la cremallera... hasta la mitad. Se volvió a pillar, pero esta vez no era la telilla inútil, era la cremallera, que es tan buena... ¡que hasta se rompió! Y de nuevo intentando bajar la cremallera un millón de veces. Pasaba el tiempo y la cremallera que no bajaba. La señora me dijo "Haber si te lo vas a tener que llevar a casa puesto..." Mi cara de susto aumentó mas. ¡Por Dios que me lo saquen ya! pensaba. Yo, la dependienta y la otra dependienta estábamos sudando de los nervios. Entonces, a una de las dependientas se la ocurrió una idea, sacarme la bota tirando de ella. La señora tirando de la bota y yo agarrándome al sofá como podía para que no me tirara a mi también. Pero el sofá se movía conmigo y no sabía qué hacer para que no me llevara, pues estaba haciendo todas las fuerzas que podía. Y justo, en el momento mas inoportuno entra un hombre. Yo, muerta de vergüenza, tenía la cara como un tomate, entre el frío de afuera, la fuerza que estaba haciendo y el bochorno que estaba pasando. Y al fin la maldita bota salió. Ufff! ¡menos mal! Entonces, visto lo visto, me puse las botas que llevaba puestas rápidamente, no fuera que a la señora se la ocurriera ponerme el otro modelo de botas que había traído. Y salí de la tienda. Sí señoras y señores, salí de la tienda, ¡al fin salí de la tienda!
Y esque después de lo vivido, una llega a casa mas feliz aunque no haya conseguido las botas que quería, porque a todo lo malo me pudieron sacar esas botas horrorosas y no tuve que llevármelas puestas. Aún así, no descansaré hasta conseguir las botas que quiero.

5 comentarios:

González dijo...

jaaaja! Te he imaginado roja como un tomate, intentando tirar con fuerza de tu pie para sacarlo de esa horrible bota, y agarrándote al sillón para no caerte..y encima mirando a las dependientas pensando lo más importante: que no te las ibas a llevar puestas!!

Un consejo, de una a la que le han 'encasquetado casi de todo': que ninguna vendedora te diga lo que te queda bien, que eso ya lo sabes tú mejor que ellas! Qué morro tienen, parece que a veces sólo les importa vender..

Un beso, linda

Jorge A. Gauna dijo...

vaya Silvia! , pero que peripecias con tal de conseguir unas botas hee!, jaja....

Cuidate mucho!

piluna dijo...

jaja te imagino alli haciendo fuerza, para que te sacaran la bota y me parto, no paro de llrar, chico mal rato pasarias, vaya tela... pero al menos no te las tuvistes q llevar a la fuerza y encima puestas, q miedoooo!!! jaja, bueno espero que encuentres las botas que tanto buscas... suerteeeeee. besos.

Falete dijo...

Sin duda, esto es culpa de Zapatero!! perdón... del zapatero
bsss y ¡arriba los viernes!

Falete dijo...

no sabia q con leche cortada se pudiera hacer eso :O
cuando te va a dar por actualizar el blog? y lo que es mas importante, cuando te pasaras por madrid???
ala besotes (k)