domingo, 5 de abril de 2009

Piensas algo, pasa lo contrario

Es extraño que siempre que me imagino que va a pasar tal cosa, al final no pasa y es todo lo contrario, y como tanto me he insistido en que va a ser así, me llevo un chasco, aunque la idea de que vaya a ser así la cosa, no me agrade.
Viernes por la tarde, hablo con So. Acaba de llegar de Salamanca después de mucho tiempo y el sábado saldré con ella. Un inconveniente, también vendrá Se. Bajón en ese momento. No es buena idea. Pero pienso "qué mas da, haré como si no estuviera".
Sábado por la mañana, pienso lo que me voy a poner. Se me ocurre ponerme como Se. siempre ha querido que me ponga para darle un escarmiento, para que se fastidie y vea lo que ha perdido. Sí, será divertido verle cara. Encuentro algo perfecto. Con un poco de suerte encontraré al típico pesado de todos los sábados y le daré celos. Al final no es tan mala idea que Se. venga. Me he propuesto pasarlo bien y Se. no me lo va a impedir.
Sábado al mediodía, discuto con So. No la ha ido bien estar en Salamanca y lo paga conmigo. Descarga toda su rabia contra mi sacando con furia su envidia. No veo claro que salga con ella esa tarde. Quedamos en hablar cuando esté mas calmada. Una hora después, hablamos con mas calma. Todo se soluciona y quedamos para la tarde. A pesar de todo, ni Se. ha podido separarnos, no nos va a separar su envidia. Supongo que es sana. Después quedo con Su. y se lo explico.
Sábado por la tarde. Después de media hora aparece Su. Vamos con So. y pasamos la tarde. Mi barriga está hambrienta y necesito un Kit Kat. Nos urge ir a la casa de la abuela de So. por su calzado y mi barriga es acusada por un pastel que la abuela de So. nos "obliga" a tomar. Me siento rara. Algo no me ha sentado bien y me molesta la barriga o tal vez sea la espera a que llegue el momento, que me ha revuelto la tripa.
Sábado por la noche, llegamos al bar. Pido un calimocho, no muy convencida de que sea lo adecuado. Pasamos un buen rato, a la espera de que Se. venga. So, no quedó con él, se suponía que vendría. Cada vez que alguien abría la puerta sentía como los latidos de mi corazón me trepanaban el pecho. Después de haber bebido unos sorbines de calimocho tuve que ir al servicio. Devolví y mi barriga se quedó tranquila. Pero no dejé de sentirme mal. Supe que no estaba preparada para ver a Se. Incluso estaba temblando y tenía unos colores que parecía Heidi a pesar del maquillaje. Pasó la noche y Se. no apareció. So. le llama y le dice que "está con una AMIGA en SU casa viendo una peli". Me vengo abajo. Llegó el chasco. Había estado todo el tiempo imaginando como sería el momento, que al final no va a suceder. Y el motivo es aún peor. Pero tengo al lado a Su. (mi "psicóloga personal") y So. (mi "payasa preferida") que hicieron que me sintiera mejor y me animaron. Al día siguiente sabría que no tenía razón para ponerme así ya que So. confundió una a por una o. Y la noche transcurrió como yo no imaginé que iba a transcurrir (como siempre).
La próxima vez no me imaginaré nada, porque sino pasará todo lo contrario.
Muchas gracias So. y Su. por estar siempre ahí y apoyarme. Sois las mejores amigas del mundo.