jueves, 5 de febrero de 2009

Ida, ida, ida...

Un clavo quita otro clavo.

Sin darme cuenta en cuestión de un día, o podríamos decir de una noche, dominada por el frío, las risas, masajes, y momentos de no saber qué hacer, el clavito que me estaba molestando fue "eliminado" (y lo pongo entre comillas porque aún no está eliminado del todo, al menos que yo sepa o que yo presienta) por otro clavito que parece que ha venido para quedarse, de momento, y espero que para siempre, para hacerme bien. Podríamos polemizar cuando digo que se queda para hacerme bien, pues me tiene distraída sin que lo pueda remediar las veinticuatro horas del día, ansiosa e impaciente, porque la semana nunca se me ha hecho tan larga como esta vez y... ¿loca? Llegué a la conclusión de que podía estar loca, porque una vez me dijeron que cuando se tienen sueños de colores, en vez de en blanco y negro, se está loca, y hoy en mi larga hora de siesta (bueno... horas) soñando con mi nuevo clavo, me percaté de que era en color. No recuerdo si he soñado siempre en color o no, pero esta es la única vez que me di cuenta, ya que he tratado de retener el sueño en mi cabeza con todas mis fuerzas, al menos hasta que llegue el fin de semana. Así que, sí Falete, tal vez esté ida, ida, ida... pero de la cabeza.

Creo que tengo que concentrarme mas en otras cosas, sino me va a pillar el toro dentro de poco. Empezaré la siguiente semana... o tal vez la próxima. Lo fundamental, ahora, es que llegue el sábado. Me espera una buena sesión de masaje y relajación. A lo mejor eso me ayuda a centrarme en lo demás, o a delirar mas... jejejeje.

En cualquier caso, te quiero S.